La soledad del Puerto de Navacerrada en primavera

En primavera nada es igual

    El parking triste y solitario, ya te llegará.

En primavera nada es igual en la Sierra de Guadarrama, todo o casi todo desaparece, la nieve, los esquiadores, los montañeros y los muchísimos amigos de la "montaña" que hasta aquí llegan en invierno parea disfrutar de la nieve, así sin más.

Hoy es un día de primavera, la temperatura en el puerto es de 10º, no hace frío, pero tampoco calor, el parking está vacío, bueno ya lo veis, no hay un alma y ni falta que hace diría un purista de la montaña, pero no lo mismo los responsables del Dos Castillas y otros negocios.

 Dejamos el coche y nos encaminamos a desayunar, acaban de traer los dulces y estarán casi calentitos, aunque a veces tomamos tostada con aceite, fijaros en la furgo aparcada en la puerta del Dos Castillas. A nuestro lado una ambulancia descansa del ajetreado acarreo de heridos, eso al menos dice el letrero que luce, de los soldados ni rastro.

Y es que la montaña también tiene sus sorpresas, sólo hace falta fijarse un poco para darse cuenta, unas veces sin coches y otras terminando en Rascafría porque los parkings de Navacerrada y Cotos están llenos, aunque a nosotros eso nunca nos pasa, madrugamos.

Después del desayuno y de disfrutar del Puerto tomamos rumbo a Valsaín para caminar por las Pesquerías Reales junto al río Eresma, ese día espectaculares de agua y color, pero esto ya es otra historia y seguramente otro post. 

    La gran ambulacia militar de transporte de heridos, no vimos ninguno, ni sano ni herido.   

    La soledad del Puerto de Navacerrada.

    La furgo de los bollitos, todavía calientes, en la puerta del Dos Castillas.

Al final sí vimos a los militares, caminaban junto al río Eresma camino de la Pradera de Navalhorno, o de la Boca del Asno, quién sabe, nos cruzamos y ya no les volvimos a ver.

 Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso